Una tarde, hace años, durante su etapa de formación MIR, en una de las guardias de urgencia que hacía en un hospital, se le presentaron un padre, una madre y su hija de 12 años.
Venían del campo. A la niña le había picado una abeja y le había provocado una pequeña reacción alérgica a consecuencia de la cual presentaba una leve inflamación del antebrazo derecho.
El aguijón todavía estaba dentro de la piel. Mi amiga lo extrajo, limpió el orificio y le aplicó una pomada antihistamínica. Les recetó la misma pomada para aplicar varias veces y dió por finalizada la intervención.
La madre de la niña, le preguntó si no le hacía "una placa".
La doctora contestó que no era necesario. La madre insistió:
- a mi hija puede pasarle algo.
- No, no se preocupe: la reacción alérgica no es probable que vaya a más. Aplíquen a la niña la pomada y, si empeorara, vengan de nuevo a urgencias.
- ¡ Pero usted tiene que hacerle una placa a mi hija!.
- Verá, señora, una radiografía es un procedimiento para explorar el interior del cuerpo. La lesión de su hija está en la superficie de la piel, le he extraído el aguijón, he desinfectado la zona y he aplicado un antihistamínico. No es necesario que hagamos una radiografia, porque no hay ninguan posibilidad de lesión interna.
- ¡¡¡¡Usted tiene que hacer una placa a mi hija!!!!.
- Señora, la placa no solo no es necesaria sino que es un procedimiento radiactivo, por lo que cuantas menos placas se haga su hija a lo largo de su vida, mejor.
- ¡¡¡Le exijo que haga la placa a mi hija, es nuestro derecho!!!.
- Lo siento señora, pero médicamente no es necesario, incluso como le digo, podría a largo plazo ser perjudicial para la niña. No voy a encargar la radiografía...
-¡¡¡...!!!
Finalmente, la señora puso una queja por escrito en el hospital, por el trato recibido y por el poco celo profesional de mi amiga.
Esta anécdota me sirve para traer al blog el siguiente tema de reflexión: relación entre irracionalidad-emotividad y derechos ciudadanos.
En efecto, muchos/as ciudadanos/as se comportan de manera excesivamente emotiva, en situaciones donde un poco de autocontrol y de reflexión no vendrían nada mal, símplemente porque tienen derecho a hacerlo.
¿Potencian los derechos sociales la emotividad irracional?. ¿Es anticonstitucional el autocontrol racional?
¿Qué nos está pasando?.
Como siempre, espero vuestra opinión.


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