miércoles, 7 de marzo de 2012
martes, 6 de marzo de 2012
El aguijón de abeja y la radiografía
Una amiga médico me recuerda de vez en cuando la siguiente anécdota:
Una tarde, hace años, durante su etapa de formación MIR, en una de las guardias de urgencia que hacía en un hospital, se le presentaron un padre, una madre y su hija de 12 años.
Venían del campo. A la niña le había picado una abeja y le había provocado una pequeña reacción alérgica a consecuencia de la cual presentaba una leve inflamación del antebrazo derecho.
El aguijón todavía estaba dentro de la piel. Mi amiga lo extrajo, limpió el orificio y le aplicó una pomada antihistamínica. Les recetó la misma pomada para aplicar varias veces y dió por finalizada la intervención.
La madre de la niña, le preguntó si no le hacía "una placa".
La doctora contestó que no era necesario. La madre insistió:
- a mi hija puede pasarle algo.
- No, no se preocupe: la reacción alérgica no es probable que vaya a más. Aplíquen a la niña la pomada y, si empeorara, vengan de nuevo a urgencias.
- ¡ Pero usted tiene que hacerle una placa a mi hija!.
- Verá, señora, una radiografía es un procedimiento para explorar el interior del cuerpo. La lesión de su hija está en la superficie de la piel, le he extraído el aguijón, he desinfectado la zona y he aplicado un antihistamínico. No es necesario que hagamos una radiografia, porque no hay ninguan posibilidad de lesión interna.
- ¡¡¡¡Usted tiene que hacer una placa a mi hija!!!!.
- Señora, la placa no solo no es necesaria sino que es un procedimiento radiactivo, por lo que cuantas menos placas se haga su hija a lo largo de su vida, mejor.
- ¡¡¡Le exijo que haga la placa a mi hija, es nuestro derecho!!!.
- Lo siento señora, pero médicamente no es necesario, incluso como le digo, podría a largo plazo ser perjudicial para la niña. No voy a encargar la radiografía...
-¡¡¡...!!!
Finalmente, la señora puso una queja por escrito en el hospital, por el trato recibido y por el poco celo profesional de mi amiga.
Esta anécdota me sirve para traer al blog el siguiente tema de reflexión: relación entre irracionalidad-emotividad y derechos ciudadanos.
En efecto, muchos/as ciudadanos/as se comportan de manera excesivamente emotiva, en situaciones donde un poco de autocontrol y de reflexión no vendrían nada mal, símplemente porque tienen derecho a hacerlo.
¿Potencian los derechos sociales la emotividad irracional?. ¿Es anticonstitucional el autocontrol racional?
¿Qué nos está pasando?.
Como siempre, espero vuestra opinión.
Una tarde, hace años, durante su etapa de formación MIR, en una de las guardias de urgencia que hacía en un hospital, se le presentaron un padre, una madre y su hija de 12 años.
Venían del campo. A la niña le había picado una abeja y le había provocado una pequeña reacción alérgica a consecuencia de la cual presentaba una leve inflamación del antebrazo derecho.
El aguijón todavía estaba dentro de la piel. Mi amiga lo extrajo, limpió el orificio y le aplicó una pomada antihistamínica. Les recetó la misma pomada para aplicar varias veces y dió por finalizada la intervención.
La madre de la niña, le preguntó si no le hacía "una placa".
La doctora contestó que no era necesario. La madre insistió:
- a mi hija puede pasarle algo.
- No, no se preocupe: la reacción alérgica no es probable que vaya a más. Aplíquen a la niña la pomada y, si empeorara, vengan de nuevo a urgencias.
- ¡ Pero usted tiene que hacerle una placa a mi hija!.
- Verá, señora, una radiografía es un procedimiento para explorar el interior del cuerpo. La lesión de su hija está en la superficie de la piel, le he extraído el aguijón, he desinfectado la zona y he aplicado un antihistamínico. No es necesario que hagamos una radiografia, porque no hay ninguan posibilidad de lesión interna.
- ¡¡¡¡Usted tiene que hacer una placa a mi hija!!!!.
- Señora, la placa no solo no es necesaria sino que es un procedimiento radiactivo, por lo que cuantas menos placas se haga su hija a lo largo de su vida, mejor.
- ¡¡¡Le exijo que haga la placa a mi hija, es nuestro derecho!!!.
- Lo siento señora, pero médicamente no es necesario, incluso como le digo, podría a largo plazo ser perjudicial para la niña. No voy a encargar la radiografía...
-¡¡¡...!!!
Finalmente, la señora puso una queja por escrito en el hospital, por el trato recibido y por el poco celo profesional de mi amiga.
Esta anécdota me sirve para traer al blog el siguiente tema de reflexión: relación entre irracionalidad-emotividad y derechos ciudadanos.
En efecto, muchos/as ciudadanos/as se comportan de manera excesivamente emotiva, en situaciones donde un poco de autocontrol y de reflexión no vendrían nada mal, símplemente porque tienen derecho a hacerlo.
¿Potencian los derechos sociales la emotividad irracional?. ¿Es anticonstitucional el autocontrol racional?
¿Qué nos está pasando?.
Como siempre, espero vuestra opinión.
Las 4 tarjetas de Wason
Un experimento clásico de la Psicología Cognitiva es el conocido como “Las 4 tarjetas de Wason”.
Consiste en presentar al sujeto experimental cuatro tarjetas con un número en una cara y una letra en la otra, pero de manera que solo pueda ver una de las caras en cada tarjeta. Generalmente, en las caras visibles aparecen dos números y dos letras.
Por ejemplo:
A C 2 3
Lo que el participante tiene que hacer es seleccionar la tarjeta o tarjetas que es necesario girar para comprobar si el siguiente enunciado condicional es verdadero falso:
“Si en una tarjeta hay una vocal en una cara, entonces hay un número par en la otra”
Los resultados muestran que adultos con un alto nivel intelectual habitualmente no resuelven bien la tarea.
En los años 80, participé como sujeto experimental en una réplica de este experimento, realizada en la Facultad de Psicología de la UAM.
La mayor parte de los participantes lo hicimos mal. Solo dos profesores de matemáticas y uno de lógica resolvieron correctamente el problema.
Lo preocupante de aquel caso fue que profesionales en activo (médicos, abogados, ingenieros…) :
- No se comportaron lógicamente.
- Se empeñaban en defender con pasión sus respuestas incorrectas.
Estamos en manos de ellos/as…
En la actualidad, año 2012, y desde hace algunos años, se insiste en valorar el concepto “Inteligencia Emocional”. Según sus partidarios, todos podemos, con entrenamiento, ser inteligentes (emocionalmente.)
Muy bonito. Pero seguimos sin ser capaces de resolver el problema de las 4 tarjetas.
Bienvenidos
Hola a todos.
Con esta entrada inicial quiero dar la bienvenida a todos los visitantes de este blog.
Su título genérico "La Ciencia de la Deduccion" (sin tilde por si acaso...) y su dirección (http://elementalsentidocomun.blogspot.com/) son expresiones que debemos a A. Conan Doyle.
La intención declarada es reflexionar sobre como posturas muy emocionales ante la vida van ganando terreno a la reflexión y al sentido común.
Emocionarse es un valor en alza. Reflexionar no tanto.
Muchos/as ciudadanos/as emplean su propia emoción como "criterio de verdad" de sus opiniones: "si me emociono mucho, es verdad lo que digo"., en lugar de comprobar la relación de "isomorfismo" entre su opinión y la realidad.
Esta actitud se practica muy especialmente en las opiniones políticas de la ciudadanía. Pero también nos la encontramos en cualquier otro ámbito de opinión o, incluso, en contextos presuntamente técnicos.
La pregunta de este blog es : ¿hacia donde vamos por ese camino? o, por recoger aquí el título de un libro clásico que siempre me ha parecido muy poético (el título, no el libro), este blog pretende reflexionar sobre El porvenir de una ilusión.
Por si alguien tiene curiosidad, se trata de un ensayo de Sigmun Freud. Dejo aquí un enlace desde el que puede descargarse. Por supuesto, de las opiniones del autor no me hago responsable, muchas ni siquiera las comparto.
Se esperan con emoción las opiniones razonadas de todos/as.
Saludos.
Con esta entrada inicial quiero dar la bienvenida a todos los visitantes de este blog.
Su título genérico "La Ciencia de la Deduccion" (sin tilde por si acaso...) y su dirección (http://elementalsentidocomun.blogspot.com/) son expresiones que debemos a A. Conan Doyle.
La intención declarada es reflexionar sobre como posturas muy emocionales ante la vida van ganando terreno a la reflexión y al sentido común.
Emocionarse es un valor en alza. Reflexionar no tanto.
Muchos/as ciudadanos/as emplean su propia emoción como "criterio de verdad" de sus opiniones: "si me emociono mucho, es verdad lo que digo"., en lugar de comprobar la relación de "isomorfismo" entre su opinión y la realidad.
Esta actitud se practica muy especialmente en las opiniones políticas de la ciudadanía. Pero también nos la encontramos en cualquier otro ámbito de opinión o, incluso, en contextos presuntamente técnicos.
La pregunta de este blog es : ¿hacia donde vamos por ese camino? o, por recoger aquí el título de un libro clásico que siempre me ha parecido muy poético (el título, no el libro), este blog pretende reflexionar sobre El porvenir de una ilusión.
Por si alguien tiene curiosidad, se trata de un ensayo de Sigmun Freud. Dejo aquí un enlace desde el que puede descargarse. Por supuesto, de las opiniones del autor no me hago responsable, muchas ni siquiera las comparto.
Se esperan con emoción las opiniones razonadas de todos/as.
Saludos.
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